Mi príncipe

Mi príncipe
El autismo no me define, no me condiciona y no me limita...que no lo haga tu desconocimiento...

viernes, 9 de noviembre de 2012

Quiero invitar a Álvaro a mi cumple...

"Quiero invitar a Álvaro a mi cumple", eso le dijo hace más de un mes a su madre el pequeño Fabio, un compañero de clase que desde el principio a mostrado su profundo cariño hacia Álvaro. Ayer 8 de Noviembre llego la fiesta...

El parque de bolas al que íbamos no lo conocíamos y Álvaro entro un poco extrañado, pero cuando subimos la escalera, abrimos la puerta y empezó a ver a sus amigos extraordinarios, su cara cambió radicalmente. Empezaron los besos y las caricias de bienvenida y no hizo falta nada más para que se sintiera como pez en el agua.

Creo que va a ser difícil que alguien supere el record de besos en una tarde que encabeza Fabio, y yo con cada beso sentía mariposas en el estómago, que doy fe de que no sólo se sienten cuando te enamoras, o bueno quizá a mí me estaba enamorando el momento...

Llego el momento de la merienda y Álvaro se sentó junto a su hermano y el resto de los amigos tan contento, pendiente de todo lo que pasaba, riéndose por los gestos, por el "jolgorio", DISFRUTANDO.
Después tocaba jugar otro rato en el parque de bolas y aunque le costó un poco entrar al final se decidió, sin necesidad de que estuviera con él. Con lo grande que era pensé que se sentiría angustiado por no saber bien para donde ir, pero de nuevo me sorprendió, le perdí de vista un par de veces y cuando le encontraba venia tan campante .

Cuando llegó la hora de irnos dejaba claro que no estaba de acuerdo "quiero parque de bolas" decía claramente, con tono quejicoso, que mejor muestra de que se lo estaba pasando en grande.

Ha sido toda una experiencia para él pero  creo que sobre todo para mí ha sido inolvidable. Estas vivencias son de las que abren ojos y tapan bocas, de las que desmienten mitos, de las que te dejan claro que el mundo puede ser mejor, que estas pequeñas personitas se están educando en igualdad, sin que las dificultades del otro sea algo de lo que mofarse, de lo que aprovecharse,  están aprendiendo que la igualdad está en la aceptación de la diferencia.

Se que por desgracia he de sentirme afortunada porque mi hijo ha tenido suerte y está rodeado de amigos extraordinarios que saben, siendo tan chiquititos, mirar más allá, pero he de decir que los niños son el reflejo de sus padres, ayer pude comprobarlo, sentí que ellos también se sienten afortunados de que el destino y mi cabezoneria, pusieran a Álvaro en la vida de sus hijos. 




viernes, 2 de noviembre de 2012

BALTO, BALTITO...

Balto, Baltito... así le ha llamado Álvaro a nuestro nuevo miembro de la familia, mientras medio tumbado en su colchoneta le miraba de cerca. 

Hace algo más de dos meses que supe que nacería y desde ese momento supe que formaría parte de nuestra vida. Han sido los 65 días más largos que recuerdo desde hace años, viéndole crecer poco a poco, y ya está aquí en casita....

 El jueves le anticipé a Álvaro el gran cambio con esta foto:










 Estaba deseando ver que hacía cuando volviéramos con Balto a casa, y así ha sucedido:

Cuando llegamos por la tarde a casa se mascaba la emoción, mi hijo mayor, Alex, estaba cual rabo de lagartija, intentando contenerse pero se le salían los nervios por las orejas.
Balto llegó bien, incluso jugó, comió pienso, durmió, vamos que siguió la anticipación como si lo hubiéramos entrenado.
Álvaro le miraba continuamente, como si estuviera analizando cada movimiento. Balto le seguía, se ponía a su lado, también le observaba, es como si los dos supieran que algo muy fuerte les va a unir, Álvaro no es el amo y Balto no es la mascota, son mucho más, es increíble pero parecen saberlo, son esas casualidades que te ponen los pelos de punta. 

Hoy sólo es el segundo día, pero no hacen falta más, Álvaro tiene claro que Balto es su Balto, Baltito...

Esta mañana mientras hacia la comida, Balto se ha venido a la cocina a comer y he cerrado la puerta, de pronto veo a Álvaro mirar entre los cristales y Alex abre la puerta y me dice "mamá Álvaro dice que quiere Balto", efectivamente le estaba buscando en el salón y no le veia. En cuanto le ha encontrado le ha cambiado la cara. En ese momento ha sido cuando Balto ha ido al salón a tumbarse en su colchoneta y Álvaro ha ido a acompañarle y mirándole fijamente le ha dicho ese Balto, Baltito, que me ha llenado los ojos de lágrimas. 

Por la tarde hemos llevado a Balto a ver a su mami y al irnos, mi amiga le tenia en brazos y no había manera de que Álvaro saliera del salón, repetía una y otra vez "Quiero Balto" cada vez más fuerte y más angustiado, pensando que no se venia con nosotros, se lo intentaba quitar cogiéndole las patas, sólo cuando le he cogido yo se ha quedado tranquilo, ya estaba solucionado, Balto volvía a casa con nosotros. 

En casa siguen pendientes el uno del otro, sin agobiarse y sin invadirse, pero observándose, si Balto duerme, no le molesta pero se levanta mira su colchoneta y cuando ve que ahí está se vuelve donde estaba. 

¿Es esto posible? Pues sí, doy fe de ello, muchas veces he oído esa conexión especial de las personas con autismo y los animales, en concreto con los perros hay más de una historia entre ellas la que narra este libro que estoy deseando leer detenidamente http://www.paat.es/prueba/paat/templates/siteground-j15-59/libro.pdf.

Sé que nos quedan grandes experiencias por vivir que compensaran todo ese "trabajo" que supone aumentar la familia, todo esfuerzo es poco comparado con la alegría de ver ese brillo en los ojos de mi pequeño príncipe...

Y se cruzaron sus miradas y fue entonces cuando descubrieron que eran el uno para el otro...